5 abr 2011

Don Carter, los delirios de una dulce esquizofrenia

David Bicharrako Ortiz (Columna de opinión)

Corría el año 96 y a mis 7 años corría feliz a prender la tele para sintonizar canal 13 la tarde del sábado. Esperaba ansioso ver qué sorpresas deparaba El Mundo del Profesor Rosa. Innegablemente aprendí mucho con el didáctico personaje de Iván Arenas, tal vez aprendí harto por el detalle de haber omitido los graves síntomas esquizofrénicos de un cartero estresado y angustiado como lo era Don Carter.

Ahora que soy un amargado de mierda y le doy una segunda mirada a El Mundo del Profesor Rosa, me doy cuenta del drama humano que vivía Don Carter. Trabajador corriente de la empresa estatal correos de Chile, quien nunca entregaba ni una carta ni un paquete. La razón: sufría los delirios de una demencia congénita avanzada.

Todos debimos haberlo notado cuando veíamos en TV a un hombre de 40 años que sacaba la vuelta en el domicilio de otro hombre que se teñía el pelo rosado. Hombre que por cierto vivía en un tétrico castillo, al parecer en el barrio República de Santiago y que convivía con un pájaro de dos metros que hablaba el español como la callampa. Estos, creo yo, son claros síntomas de una esquizofrenia no tratada a tiempo. Este era el ilusorio entorno creado por la mente de Don Carter.

Quizás lo único que realmente pasaba en la serie, era cuando palanqueaban al tío Valentín Trujillo que venía cansado desde Miami. Esto es un claro síntoma de descontrol que deriva luego en situaciones de violencia. Lamentablemente en este caso, podemos hablar de maltrato a la tercera edad. Peor aún, violencia contra un prócer de la música nacional como lo es el insigne pianista Trujillo.

Además recordemos cuando Don Carter se ponía los videos en la cabeza para ver las sorpresas que deparaba el mundo de los ornitorrincos apareándose y tiburones comiendo pingüinos. ¡Y Qué decir de la ilusoria relación pseudo zoofílica y pedófila con Guru Guru! De quien nunca supimos la edad, pero al parecer se trataba de apenas un pichón gigante.

Supongo que la vorágine económica de los 90’s, la transición a la democracia, la caída de la URSS, el decline de Correos de Chile, la desintegración de la ex Yugoslavia y la guerra de Perú con Ecuador llevaron a Don Carter a una situación de stress y tan grande que se vio inmerso en una esquizofrenia mal tratada cuando era niño.

Don Carter puede ser considerado como una víctima de la vida moderna propia del consumismo impuesto por nuestro sistema económico absorvente en lo humano. Debemos sumar también las nuevas tecnologías de la comunicación, que dejaron a los Don Carter en una situación laboral que los obliga a llevar solamente cuentas bancarias y “cartas bombas” a embajadas extranjeras.

Por eso y más es que propongo rendir un homenaje al natalicio de Don Carter, como ícono del desastre psicológico del fin de la dictadura y la transición a la democracia. ¡Salud por Don Carter!

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