29 mar 2011

Willy Wonka: Pedofilia con sabor a chocolate

David Bicharrako Ortiz (Columna de opinión)



Como lo señalé en mi columna anterior sobre Willy Wonka, este siniestro industrial radicado en Gran Bretaña sorprende al no esconder ni por un momento su conducta abusiva incluso en materia sexual.

¿Por qué una familia inglesa pobre habría de entregar su hijo a un ricachón que vive solo en una mansión? “Por dinero claro”, esta es la mentalidad Wonka, quien desde un comienzo vio el concurso de los chocolates Wonka como una estrategia para llegar a obtener un pequeñín de quien disponer todo el día en su confortable mansión.

No le importaba la nacionalidad del menor de edad, podía ser alemán, libio o panameño. Otra muestra del carácter transnacional y globalizador del mago. 

Lamentablamente Charlie corrió con la primera opción para ser el heredero de la fortuna de Wonka. ¿A cambio de qué? Obviamente de que prestara su rosquita (como dicen los desgenereques del barrio puerto en Valparaíso).

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